Memorias de un hombre ave
a Facundo Cabral
Mañana la carta desconocida encontrará las manos del alma
Alejandra Pizarnik
El sol se desvanece en la memoria de tus brazos caes en la inocencia de tus voces. Es tu grito el que canta como pájaro divino en la tarde gris de tu garganta. Palabras de lirios dormidos en las cenizas de un largo viaje. Oh varón de gigante sueño de verdad de manos abiertas al calor de una sonrisa. Oh varón eterno de mirada coloquial deseable. Sobre tus párpados asoma el espíritu de tu alma ausente con rostro de arco iris. Son las horas del recuerdo vida cándida sobre el vidrio del misterio.
http://www.youtube.com/watch?v=KDCLjOKqJz8
Sabotaje de la historia
He leído de la suerte del pensar abierto del miedo de las grietas sobre la sangre.
He leído del tiempo oculto en los versos que encierran viejas sílabas
como la brisa que se siente en la media noche épica sobre una breve melodía de Mozart. Suena el horizonte breve en mis labios armoniosos. Historia que se confunde con los arlequines de un pueblo andado. Suena el miedo con las campanas del inmutable muerto. Pensar que haré con tanto camino por recorrer tan poco. Mis ojos construyen puentes de oídos unas manos con signos inservibles. Es el poeta el que conoce sobre los insectos dormidos en la canción del siglo. Ya sé, que la vida hoy es muerta y que ando rodando entre las sábanas del mundo mudo.
La más pequeña distancia
Los harapos hoy no visten sus discretas piernas. Unas veces pasan los pies en la posibilidad del vientre hinchado. En otras hay cadenas en la arena esperando nuevos pasos de un niño hombre. Dolor humano que se aferra al parto de la posibilidad de seguir. Entonces es cuando el mar dialoga con la patraña hermosa de recrear nuevos cuentos.
Apenas leí el discurso tibio
limbo nostálgico
de los años
del tiempo
de los dominios
de la agonía.
Descansa en la sospecha
Descansa en la sospecha
equivocada ángel
glamour incierto
cuerpo encerrado
de gritos de furia
de pólvora.
Silencio de ida
Memorias de un hombre ave
a Facundo Cabral
Mañana la carta desconocida encontrará las manos del alma
Alejandra Pizarnik
El sol se desvanece en la memoria de tus brazos caes en la inocencia de tus voces. Es tu grito el que canta como pájaro divino en la tarde gris de tu garganta. Palabras de lirios dormidos en las cenizas de un largo viaje. Oh varón de gigante sueño de verdad de manos abiertas al calor de una sonrisa. Oh varón eterno de mirada coloquial deseable. Sobre tus párpados asoma el espíritu de tu alma ausente con rostro de arco iris. Son las horas del recuerdo vida cándida sobre el vidrio del misterio.
Dejo caer el último oro de la muerta
aún vacías quedan sus cajas inmundas
que se escuchan por la sala.
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la lectura es el rostro que me identifica